Las relaciones son la base de la interacción humana y sirven como puntos de referencia para la evolución personal. Si la forma de relacionarnos es fluida, honesta y respetuosa seguramente esa relación permite el crecimiento del individuo. Si por el contrario, la manera de relacionarnos está caracterizada por abuso, menosprecio o violencia podemos estar hablando de una relación tóxica. En cualquier caso, el conocer y entender de manera objetiva las cualidades de nuestras formas de interacción nos permite afianzar las relaciones importantes y crecer como seres humanos a través de ellas. Ya sean relaciones de pareja, con familiares cercanos, amigos o colaboradores, es necesario intervenir de manera oportuna para no llegar a sufrir por ellas. Sin embargo, al encontrarnos en una relación que genere angustia, malestar o represión, es necesario ayudarse por un profesional para evitar que la autoestima y afectividad de la persona se comprometan.